La Malena

  • Villa Romana

La Malena

En 1986 se descubrió a unos 2 Km. de la localidad de Azuara, una de las villas romanas de mayor importancia del nordeste peninsular, tanto por su tamaño como por su riqueza decorativa. Este tipo de villas son testimonio de la expansión del modo de vida y la cultura romana en el territorio aragonés, sobre todo a partir del siglo I, después de la pacificación de la zona y tras el establecimiento de un sólido entramado jurídico y administrativo.

La villa de La Malena tiene planta cuadrangular de aproximadamente 50 metros de lado y pertenece al tipo de las denominadas «de peristilo», modelo muy extendido en el valle del Ebro y en la Meseta. La pars urbana o zona noble que ocupaban los propietarios, se desarrolla en torno a un gran patio central dotado con un estanque y rodeado por corredores, que abrían a éste mediante un pórtico con columnas. Algunas zonas de la villa contaban con un sistema de calefacción mediante hornos y en uno de sus bordes fueron hallados los restos de un complejo termal.

A partir del siglo IV, en la última etapa de esplendor de La Malena, se desarrolló un programa decorativo que abarcó prácticamente todo el conjunto. Sobresalen los asombrosos pavimentos de mosaico, confeccionados con teselas de mármol, caliza marmórea, cerámica y pasta vítrea, y decorados con motivos geométricos, vegetales y figurativos. Estos mosaicos fueron diseñados específicamente para cada espacio dentro de la villa, en función de su uso y ubicación en el complejo arquitectónico. Los mosaicos de motivos geométricos se reservaron para áreas de función más utilitaria o de tránsito, como las entradas al complejo arquitectónico, los corredores del peristilo y algunas habitaciones. En estas composiciones, se presentan elementos como círculos simples, compuestos o entrelazados, octógonos, hexágonos, cruces griegas, nudos simples y complejos, entre otros.

Los motivos vegetales se incorporaron a las orlas o cenefas que enmarcan el elemento principal o emblema, generalmente de naturaleza figurada. Entre estas representaciones figuran coronas de laurel, flores, hojas de acanto e hiedra, racimos de uva, etc. En cuanto a los mosaicos figurativos, se ubicaron en las habitaciones principales, siempre como emblema central del pavimento. Uno de los más destacados es el que representa las Bodas de Cadmo y Harmonía. Además, se han encontrado otros mosaicos relacionados con el mito de Antíope, así como un mosaico parietal que reviste las paredes del estanque en el patio central, con figuras de calamares, peces y otros animales marinos, posiblemente vinculados a temas mitológicos relacionados con la representación del océano.

Las superficies pavimentadas se encuentran incompletas en algunos casos debido en parte al arrasamiento de las mismas por labores agrícolas y también a la destrucción sistemática de los emblemas figurativos de La Malena por su carácter mitológico pagano, entre fines del siglo IV y principios del V. Otras habitaciones aparecen pavimentadas con suelos de tierra apisonada debido a su función de servicio, almacén, cocinas, etc. o bien por no estar concluidas. Durante las excavaciones se han recuperado restos escultóricos, por lo general del siglo IV. Ha de destacarse la figura femenina realizada en mármol que se cree, es una representación de la diosa Atenea-Deméter o de Atenea-Onka. Fueron recuperados también restos del ajuar doméstico de la villa tanto en cerámica como en vidrio, además de objetos metálicos como anillos de bronce, fragmentos de pulseras de cobre, fíbulas, un cuchillo y algunas monedas de los siglos III-V. El yacimiento de La Malena fue declarado Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica, por Decreto 31/1992, de 17 de marzo, de la Diputación General de Aragón, publicado en el Boletín Oficial de Aragón del día 15 de mayo de 1992.